La copa

La solitaria copa de vino pide tiernamente

una catadora boca que la deguste lentamente

pero sigue sola en aquella mesa olvidada.


Poco a poco el vino se transforma

y el amargo vinagra cambia la copa

ahora no desea ser bebida, desea desaparecer.


Lentamente se acerca al abismal borde de la mesa

pero una piadosa mano la rescata

la lava y la llena de nuevo vino,

y otra vez sola, la copa, en aquella mesa

esperando a que una boca gentil

no deje que sea vinagre lo que antes vino fue.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Recuerdos de lanchas y fritada

El naranjo encantado

La Búsqueda de Nike