Nombre prestado
He sido aficionado a los zombis desde que a los doce años vi La noche de los muertos vivientes. En mi adolescencia, la compañía de videojuegos CAPCOM reforzó ese gusto con la saga Resident Evil y en la adultez el cómic The walking dead me hizo seguir con esta gran afición. Pero en la literatura no había encontrado algo que me llenara por completo, hasta que leí Word War Z, de Max Brooks, hijo del famoso comediante Mel Brooks; y mayor fue mi emoción al enterarme de que se realizaría una película basada en este libro. Lo primero que hay que decir es que las diferencias son pocas, solo algunos escenarios y situaciones compartidas. Pero la película solo toma prestado el nombre del libro y crea un producto nuevo casi en su totalidad. Para comenzar, existe una gran diferencia entre los zombis del libro y los de la película. El modo de contagio de la supuesta enfermedad también ha sido modificado. Me detendré para un mayor análisis en la estructura y en la resolución de la trama. ...